lunes, 23 de julio de 2012

De milagro en milagro

...Seguimos camino. El Padre queria visitar a una familia que habia perdido hacia poco a su hija. De camino, paramos en una escuela de las que mantenia antes cooperacion internacional, y de las que ahora sobrevive con lo poco que le da el gobierno. 57 niños hacinados en cuatro paredes (tablas), sin lapices, sin cuadernos, sin libros, y con una profesora que tampoco tenia tiza para escribir en la pizarra. Nada que ver con las escuelas que el Padre ha puesto en marcha. Y pensabamos que la nuestra era una tarea dificil por tener que atender a la diversidad. Ahí habia niños desde infantil  hasta sexto de primaria.
Despues visitamos a una familia a la que habia ayudado una colaboradora desde España porque se habia enterado de que a esta familia se le inundaba la "casa" cada vez que llovia.  Con ese dinero, se consiguio un tejado nuevo, y la construccion de otra casa para una de las familias que alli vivia. Desde el principio, no pararon de agradecerle al Padre Patricio y a esta señora lo que habian hecho. Como decia el cabeza de familia, "haberle proporcionado un techo digno". Antes de marchar nos obsequiaron con un concierto. No sabemos como, pero alli aparecio un violin (con su violinista) un contrabajo, guitarra, timbal y otros instrumentos (todos hechos por ellos) acompañados de un coro de niños, todos ellos miembros de la misma familia. Fue muy emotivo ver como gente que vive completamente aislada, que anda descalza y que apenas tiene para comer, pudieran manifestar tanta alegria y tanto agradecimiento por tan poco.
Volviamos a Marcala con el corazon lleno. Pensabamos que ya se habian acabado las emociones por el dia, pero aun teniamos mas cosas reservadas. Ibamos dos coches, con 9 canadienses y nueve "granainos", además de dos Populorum. En mitad de la montaña...se nos pincha una rueda...no hay problema porque tenemos rueda de repuesto. Mientras cambiaban la rueda aprovechamos para descansar a la orilla de un rio. Continuamos viaje...y se nos pincha otra rueda...en principio, el coche del padre tambien tiene rueda de repuesto. El problema esta en que las ruedas de repuesto en esta santa tierra tienen que estar atadas con cadenas y candados para que no las roben y no tenemos la llave del candado...En medio de la nada, dos coches, los canadienses, los españoles, y las ruedas...en esto aparece un camion, que no puede pasar (que esto no es la autovia), con dos señores que intentan amablemente ayudar...El Padre dice...necesitamos una segueta para romper el candado...Nos miramos unos a otros pensando en la barbaridad que acababa de decir por el sitio en el que nos encontrabamos. Pues aparecio. No sabemos como, pero aparecio. Otro milagro mas del Padre. Esto nos llevo unas tres horas de este dia. Conseguimos llegar de nuevo al comedor, donde a las cuatro y media, pudimos por fin almorzar (llevaban esperandonos desde la una de la tarde). Una reflexion...pensad en lo "emocionante" que fue la vuelta, pensando en que no se nos podia romper nada mas y en que las ruedas de repuesto estaban bastante flojas. Quedaban dos horas para llegar a la civilizacion.
Y llegamos, tarde,  pero llegamos a una llantera, donde solucionamos nuestros problemas mecanicos.

Entre medias...al Padre no se le olvido pasar por la casa de la mañana para recoger al muchacho, que lo estaba esperando con una mochilita pequeña, para pasar cuatro dias en la Populorum...Dicho y hecho. Una vez mas habia dado esperanza a otra familia.
Despues de este dia, nos esperaban 3 horas en la paila (parte de atras de la ranchera) de vuelta a nuestro querido hogar. A pesar de la incomodidad del viaje, pudimos disfrutar de la magia de un cielo estrellado que nos estuvo acompañando hasta casi el final del trayecto.

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