lunes, 9 de julio de 2012

Estamos viviendo una experiencia única, de verdad, no os lo podéis imaginar por mucho que os contemos. En pocos días la motivación, el esfuerzo de todos aquí por ser mejores personas cada día, ayudando a los demás y dejándose ayudar, me han enseñado una gran lección en esta vida. Es increíble como funciona esto y simplemente basándose en la colaboración y en el compartir los unos con los otros, no solamente sus habilidades y su formación, sino también su cariño, su apoyo y su sonrisa contínua.

Todos están muy agradecidos por vuestra colaboración y dedicación durante estos 10 años para aportar una de las tantas ayudas que han hecho posible que se pongan en marcha y que funcionen tan estupendamente tanto proyecto como hay por aquí y que están haciendo que muchas personas tengan una vida más digna.  

Un beso

                                                                                                                                           Yomaira

1 comentario:

  1. Es inevitable que al leer y reflexionar vuestros relatos el sentimiento primario que aflora es de culpabilidad. Esta culpabilidad puede generar tres sentimientos:
    PASIVIDAD: es tal la impotencia antes los hechos que nos cuenta, que pienso en lo mucho por cambiar, y que además compromete tanto que uno se bloquea; “no sé puede hacer nada desde este primer mundo” o “si estuviéramos allí…”. Pero aquí se acaba la historia.
    AGRESIVIDAD: esa realidad es tan diferente y tan doliente que agrede, y se reacciona de forma violenta; culpando a ello de todos sus males, utilizando el tópico de:”la culpa la tiene ellos por su forma de ser y por supuesto sus políticos”.
    GRATITUD: desde esa realidad tan diferente y doliente hasta nuestro primer mundo, me brota un sentimiento de agradecimiento al reconocer tantos dones materiales y espirituales que tenemos a nuestro alcance de forma gratuita y de forma inexplicable. Estos dones se convierten, desde la FE, en una fuente para cambiar y trasformar lo más próximo, lo más inmediato dentro de nuestra vida diaria y rutinaria. Si tenemos esta experiencia, entregarse a los demás y no juzgar, llegaríamos a ser “Humildes, también de corazón” como vuestra familia de Hondura.
    Os pido que transmitáis a vuestra familia de Hondura las gracias por darme una lección de experiencia cotidiana de Dios, sencilla, sin ruidos, simplemente vida vivida plenamente. También os pido que transmitáis las súplicas, a nuestro Dios que todo lo puede, para que sus condiciones materiales mejore y se acerque a un nivel de dignidad humana.
    GRACIAS por estar ahí Yomaira.

    ResponderEliminar