Redefiniendo...

Que el final del mundo estaba en Lepaterique????nahhh,...redefinimos ese concepto. El final del mundo está en Marcala. El miercoles salimos a las once para el departamento de la Paz, donde hay una Populorum con 23 jóvenes de las comunidades de los alrededores (alrededor quiere decir a 2 horas a la redonda). Fuimos con el P. Patricio en un carro (usease, coche) , y con Fetin al volante del otro. Ibamos tambien con 7 canadienses de la tercera edad, y dos granainos mas, por lo tanto tuvimos el "privilegio" de hacer un largo viaje (3 horas) en la parte de atras descubierta de una ranchera, entre cajas, colchones pulgosos (gracias a Dios por esos colchones que amortiguaban los botes), sandias, cocos, ropa, comida, mochilas, etc.
La Populorum de Marcala es un lugar idilico, un oasis dentro de la desolacion (como todo lo que tiene el sello del P. Patricio aqui). Alli van a formarse jovenes que provienen de las comunidades, llevan adelante ademas un proyecto de agricultura para autoabastecerse y ahora uno de gallinas (les han llegado 200 gallinas estresadas). Está en proceso uina piscifactoria, y todo eso coordinado por un ingeniero agronomo salido de las mismas Populorum....se estan empezando a recoger los frutos...

Que el final del mundo estaba en Marcala????nahhh....redefinimos ese concepto. El final del mundo está en Santa Elena. Por la tarde fuimos a visitar una de las comunidades de nuestros niños apadrinados. Para llegar hasta alli tuvimos que recorrer casi dos horas de camino de montaña, con barro, donde el coche patinaba y culeaba y demás visicitudes (mencion especial para la conduccion de Fetin, manejando con una soltura propia de una hondureña, la doble tracción...te queremos Fetin). El encuentro con nuestros niños fue sumamente emocionante, ver a Juvencio Nicolas, Mº Concepcion, Lourdes Benigna, Fredy Lenin, Irma, y Alex Ramón, fue como ver un famoso, niños que conocemos desde hace mucho tiempo en la distancia, y que ellos tambien  nos conocen. Llevaban esperando en la escuelita desde las dos de la tarde y llegamos cerca de las seis. Con todo, su agradecimiento y el de sus padres nos sobrepasaba. Comprobamos  que las cosas que hacemos tienen sentido y aunque sea para que un niño pueda ir a estudiar, merece la pena todo nuestro esfuerzo desde el colegio. Felicidades a todos los que lo haceis posible.